La autoestima es el «aprecio o consideración que uno tiene de sí mismo» y «con la llegada de la menopausia, la mujer pierde vigor físico, elasticidad y belleza, lo que en ocasiones puede provocarle un descenso en su autoestima». No lo digo yo, sino que lo he copiado del diccionario de Oxford.
No sé si a vosotras os pasa o bien os ha pasado, pero es cierto que, con la premenopausia y la menopausia, una está más sensible de lo normal, lo que unido a cambios laborales, cargas familiares y al hecho de que, a veces, queremos complacer más a los demás que a nosotras mismas y no tenemos toda la ayuda que esperamos de nuestra pareja en casa, hace que ‘petemos’.
Por eso, os quiero recomendar 4 sencillos pasos para querernos más:
1.Cuida tu aspecto físico. Puede ser que te dé pereza o te parezca algo tonto, pero haz como los payasos que escondían su tristeza en su maquillaje. Tú maquíllate también si es necesario los labios de rojo pasión y súbete a unos taconazos. Aunque cueste, cuida tu aspecto físico: la ropa que te pones, los complementos, el peinado… Y, por supuesto, come saludable y haz deporte, que te ayudará a mantener la mente sana.

2. Perdónate. Es importante que en esta etapa de tu vida perdones tus errores, seas comprensiva contigo y no tan exigente. ¿Que has ganados unos quilos de más? Ya bajarás de peso. ¿Que estás un poco más triste de lo normal? No te preocupes. Sé comprensiva contigo misma: todas pasamos momentos malos, pero podemos salir adelante.
Quiérete por lo que eres y no por lo que haces y haz que los demás también te quieran así
3. Pide mimos y abrazos. Y dalos. Si tus hijos son cariñosos ¡aprovéchate! Dales besos, abrazos, caricias… No se van a quejar y a ti te van a producir unas hormonas de bienestar maravillosas. Si tus hijos no son muy cariñosos, refúgiate en tu pareja, tu madre o tu mejor amiga. Pero que te den mimos.

4. Escribe. Como lo lees. Te recomiendo que escribas cosas buenas de ti. Si te cuesta, pide ayuda a los que mejor te conocen: madre, hermanos, amigas de la infancia. Pero pon por escrito todas esas cosas maravillosas que tienes dentro. Todos esos retos personales, familiares y profesionales que has conseguido en tu vida. Y piensa que puedes repetirlos. Porque, como decía un anuncio de un producto de belleza «tú lo vales». ¡Créetelo!